A un predicador lo invitaron a predicar en una iglesia. Se sintió desilusionado cuando notó que la congregación consistía de una sola persona, un granjero.
Incierto de si debía seguir con el culto, decidió pedirle su opinión al granjero.
-"Si lleno un cubo de alimento para gallinas" -dijo el granjero- "y se presenta sólo una, no la dejo ir hambrienta".
Conmovido por la analogía, el predicador subió al púlpito y pronunció un sermón largo y sustancioso.
-"¿Le gustó el sermón?" - le preguntó al granjero.
-"Cuando se presenta sólo una gallina" - respondió el granjero con aspereza - "no la hago comer todo el cubo de alimento".