- Mi tio - presume un niño -, es cura y todo el mundo le dice "padre".
- Pues el mío es obispo -presume el segundo niño -, y todo el mundo le llama "eminencia".
- ¿Sí? - dice el tercer niño -, pues el mío pesa 200 kilos y todo el mundo le dice "¡Dios mío!".