“¿Dónde podemos encontrar LA PAZ?” vociferaba un evangelista en una asamblea donde había sólo inconversos.
Y así repitió su pregunta durante varias veces, hasta que se levantó un borracho y le dijo: “Pastor, ¡yo sé donde podemos encontrar LA PAZ!”
El evangelista rápidamente pensó que este iba a decir que “en Cristo.” “LA PAZ, pastor, se halla en BOLIVIA,” respondió el borracho.